Una Palma Cortada correspondía a una Palma, que tras el paso del tiempo acababa adquiriendo un matiz oxidativo.
Un vino procedente de una cosecha cálida, que, aún proviniendo de uvas verdes, sólo era capaz de desarrollar crianza biológica por unos dos años.
Las levaduras que aparecían en el velo eran muy intensas ya que lo único que se adaptaba debía resistir a un medio altamente estresante
100 % Palomino Fin
Viñedo de unos 50 años podado a vara y pulgar. Rendimiento de unos 3000 kgs/Ha. Suelo de Albariza de Barajuelas.
La vendimia se realiza en un continuo durante casi 2 meses. Los vendimiadores van recorriendo el viñedo desde principios de agosto hasta final de septiembre seleccionando racimos para diferentes tipos de vinos.
Los primeros días se recogen los racimos más verdes y menos favorecidos en la planta. Esta Primera Suerte se destina a la elaboración de un blanco con baja graduación alcohólica y elevada acidez, con el que podemos corregir el resto de elaboraciones.
A partir de la primera semana de septiembre empieza una selección de racimos para nuestros vinos. Los primeros días se van seleccionando los racimos que creemos totalmente maduros y se van depositando cuidadosamente en el suelo para empezar el asoleo. Como norma general los racimos con vocación de Palmas son vendimiados al principio de septiembre y tienen unas 6 o 7 horas de exposición al sol. Los que tienen vocación de Cortados son vendimiados a mediados de septiembre y tienen de 24 a 48 horas de asoleo. Y para la vinificación de las Rayas, se dejan sobremadurar en cepa hasta finales de septiembre.
El 80% está fermentado en inox a baja temperatura, el otro 20% se asolea y fermenta en bota jerezana envinada que se deslía en diciembre. Posteriormente el vino se ensambla y pasa 6 meses de crianza sobre lías en depósito.